No sé si cumplí con los requisitos de preparar una buena partida de iniciación, pero al menos buena parte de los problemas comentados no los tuvimos.
Aprovechando las miniaturas que tenía por casa, improvisé dos bandas de 5 puntos de anglodaneses y vikingos, suficientes para poder probar el juego y hacerse una idea del sistema de activación con el tablero de batalla.
Despliegue inicial, con los anglodaneses debajo y los vikingos arriba |
Como en la entrada de Navarros vs Compañía Catalana, las fotografías que hice han salido borrosas y poco definidas, amen de no ser muchas. Así que he tenido que seleccionar algunas de ellas.
Rehuyendo la presencia de los berserkers vikingos que rodean la casa por mi estremo derecho, agrupo mis tropas hacia la izquierda, con la esperanza de acabar con sus levas rápidamente.
Sus levas fueron muy agresivas y certeras: impactaron a mis levas que apenas pudieron resistir los disparos, y en el turno siguiente cargaron contra ellas, dejándolas en sólo 5 de los 12 iniciales, y en la práctica fuera de la partida.
No siendo suficiente, recibieron la carga de mis guardias con hacha danesa, usando "Muro de Escudos" y "Empuje" para resistir a sus patéticos ataques y además acabar con los que huyesen. Es cierto que las levas fueron masacrados por mis guardias, pero al coste de perder 4 guardias a sus manos...
Aprovechó para lanzar una unidad de guerreros, bien fortalecidos por las paganas habilidades vikingas y acabar con mis guardias, aunque fueron vengados a continuación por mi Warlord y unos guerreros próximos.
Los huscarls anglodaneses mueren y son vengados por el Warlord y unos guerreros. |
A continuación lanzó a sus berserkers gritando y blandiendo sus hachas, pero la suerte de Odín le fue esquiva y apenas hicieron daño, siendo exterminados.
Viéndolo con retrospectiva, me doy cuenta de que no aplicamos la regla de que una unidad aniquilidada le da 1 puntos de fatiga a todos sus aliados a una distancia Short. Creo que el desenlace hubiera sido diferente con mis unidades con varias fatigas...
La partida ya en el turno 4 estaba a favor suyo en puntos. Y aún le quedaba una unidad de guardias y otra de guerreros contra mis tropas. En ese momento logré lanzar a mi Warlord contra el suyo ayudado de una reducida unidad de guerreros. Esta vez, sin guerreros tras los que escudarse, su Warlord murió y la partida fue para mi.
Aunque si no lo hubiera conseguido, me hubiera destrozado a continuación...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja un amable comentario